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El huevo es un alimento de alto valor biológico procedente de la gallina (a no ser que se especifique lo contrario) aptos para el consumo humanos y similares nutricionalmente a la leche salvo que, a diferencia de ella, se conservan durante más tiempo frescos y sin refrigeración.
Cada vez se utilizan más para fabricar productos altos en proteínas que faciliten el consumo de este macronutriente en diversos formatos.
Podemos encontrar desde, el más común, proteína en polvo a flanes, mezclas para tortitas o incluso batidos ya elaborados con esta fuente y mezclados junto con edulcorantes para conseguir distintos sabores.
Tipos de suplemento de proteínas que podemos encontrar:
Durante el proceso productivo se elimina la mayor parte de grasa que pueda contener.
¿De qué partes se compone el huevo? La yema y la clara
El huevo está formando por dos partes: la clara y la yema. En la clara, encontramos alrededor del 65% de las proteínas totales y en la yema, la cantidad restante junto con otras vitaminas y minerales en mayor proporción.
El principal componente de la clara es el agua en un 90%. El resto son proteínas con cantidades mínimas de vitaminas y minerales. Exactamente, su composición es:
88% de agua.
5% minerales.
11% proteínas.
1% hidratos de carbono.
Es la parte de color amarilla del huevo. Su peso total del huevo está comprendido entre un 30% y un 40%.
Contiene la gran mayoría de grasas del huevo completo y cierta parte de la proteína total. Una yema, en promedio tiene entre 45 y 60 calorías dependiendo del tamaño del huevo.
Las vitaminas: contiene una mayor proporción de vitaminas que la clara, con dos excepciones: riboflavina y niacina.
Vitamina A: sus compuestos activos son los carotenoides, funciona como antioxidante. Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y mejoran el sistema inmunitario ya que tiene capacidad antiinfecciosa.
Vitamina E o tocoferol: disminuye la formación de colesterol LDL, previniendo enfermedades cardiovasculares y cerebrales. Interviene como estabilizador de membranas celulares, en agregación plaquetaria y protección frente a la hemolisis. Es un potente antioxidante.
Vitamina D3: tiene que ser transformada en la hormona D3 o colecalciferol para tener actividad biológica. Es la responsable de la regulación de la homeostasis del calcio. Interviene en el desarrollo del feto.
Vitamina B1 o tiamina: juega un papel esencial en el sistema nervioso, ya que interviene en la síntesis de acetilcolina y su derivado. Tiene carácter neurotransmisor. Participa en funciones en la mitocondria y es esencial en los procesos de obtención de energía celular.
Riboflavina o B2: circula por la sangre unida a la albúmina y se absorbe en el intestino delgado mediante el transporte activo. Ayuda a la transformación de proteínas y grasas y está implicada en la formación de glóbulos rojos de la sangre y anticuerpos.
Vitamina B6 o piridoxina: actúa como coenzima en el metabolismo de los aminoácidos. Es una vitamina esencial para el correcto funcionamiento de las enzimas e influye en el desarrollo cerebral durante infancia y embarazo y también tiene funciones con el sistema inmunitario.
B9 o ácido fólico: es muy importante su consumo durante el embarazo ya que es esencial para el crecimiento y producción de ADN, además interviene en la síntesis de nucleótidos y actúa juntamente con la B12.
Vitamina B12 o cianocobalamina: participa en el metabolismo proteico. Interviene en la formación de glóbulos rojos, y en el mantenimiento del sistema nervioso central. En resumen, esta vitamina es muy importante ya que permite realizar una cantidad de funciones vitales como la producción de energía.